El Dalai Lama, líder espiritual tibetano en el exilio ha experimentado cierto malestar en los últimos días y ha suspendido sus visitas a México y la República Dominicana.
Sus médicos personales lo atribuyeron al agotamiento, pendiendo pruebas para determinar su condición y por tanto le ordenaron regresar a Bombay (Mumbai), en la India para descansar por las próximas 3 semanas.
Debemos sin embargo preguntarnos que clase de agotamiento es el que ha hecho al Premio Nobel de la Paz detenerse de distribuir su visión.
Una vez más, si analizamos el contexto histórico, podemos darnos cuenta de que el respeto, la tolerancia, la diversidad etc. No se respetan de facto en el mundo muy a pesar de ser viejas rencillas politizadas y soberbias las que fomentan éste tipo de anagonismos.
Por una parte el gobierno "comunista" hace alarde de su capacidad y poderío en el show internacional que significaron los juegos olímpicos. Mientras con un acto de elemental prestidigitación distrae la atención de temas añejos y de mayor trascendencia como es el constante ataque a la crítica, libertad y esencia.
Tras el conflicto entre el gobierno central de China y el poder fáctico del budismo tibetano en control (en ese entonces, 1959) de un sector del Himalaya, se generó una clase de insurrección tras la cual el Jefe Espiritual tuvo que huir para salvaguardar su vida. Desde entonces el Dalai Lama, se vio en la necesidad de seguir confrontando a China y continuar con su campaña religiosa, ideológica, filósofica y política desde el exilio en la India.
Seguido a su retiro del Tibet por más de 100,000 refugiados el viejo Buda de la Compasión es considrado como el más importante exponente moral, de paz y sabiduría en el mundo.
Sin embargo, todo lo anterior es irrelevante para el gobierno central de la mayor potencia comunista en el mundo.
En 2004 los ataques llegaron al grado de presionar diplomáticamente a la comunidad internacional, adicionando espionaje cibernético a los gobiernos de aquéllos países que pretendieran recibir al Dalai Lama, entre ellos , México.
El ataque a la libertad y el derecho a diferir, siguen vigentes en pleno siglo XXI.
¡Bonito mundo nos espera Milenarios dirigentes, gracias por el regalo!
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