¡Los jóvenes son el futuro del país!, ¡Su frescura y sus ideales deben ser la base del México de mañana!, ¡Debemos apoyar el desarrollo de nuestra juventud, porque de ello depende la sustentabilidad nacional!. Consignas similares y con igual objeto se han pronunciado en los últimos años con mucha frecuencia en los discursos de aquéllos que se precian de ser los dirigentes del navío que es nuestro México.
En el país, los jóvenes somos el grupo más numeroso de la población, el 42.5% del total poblacional, son menores de 19 años; si se incluye al grupo que va de los 20 a los 29 años, el sector joven de la población asciende hasta 63%.
Tales cifras las expone con absoluta claridad el Mtro. Guillermo Romero Ruiz en su participación en la revista "Criminogénesis" de febrero del año 2008.
Un porcentaje tan arrolladoramente determinante, debería bastar para tratar a los jóvenes con algo más cercano al concepto de respeto e inclusión.
Se habla constantemente de nuestra frescura, de nuestros ideales y capacidad para pensar, filosofar, compartir, crear y participar entre otros eufemismos románticos y puramente retóricos.
¡Sigan participando, participen, compartan, eso les va a dejar experiencia, se van a foguear! Dicen los tiranosaurios que controlan el sistema, sin embargo no dicen el verdadero fondo de ésta tan aparentemente paternal y desinteresada ayuda y “guía moral”. Por supuesto nadie los va a tomar en cuenta ni van a significar nada para las proyecciones sistémicas del poder oligárquico, político y social. No les vamos a pagar nada, ustedes son jóvenes, basta con darles una ayuda para transportes o algún sueldo base risible para que se conformen. ¡Ah, pero eso si, como no saben nada y son básicamente basura social, tienen que trabajar hasta desmayarse y si de paso a algún superior se le ocurre que quiere una bebida refrescante, hay que ir por ella y por supuesto tendrán que hacerlo ustedes, aunque con el sueldo que se les paga no les sea posible comprar una para sí mismos y además se les estigmatice por hacer este tipo de mandados.
Es preocupante y denigrante éste tipo de situaciones, hemos sido criminalizados, estereotipados como “Incapaces”, “Estúpidos”, “Prescindibles”.
Alguna vez escuche a algún débil de espíritu (y por supuesto también de cerebro) decir con prepotencia absoluta y de manera irritablemente ufana: ¡La juventud es un mal que se cura con los años!
¡Decídanse señores milenarios! Somos el futuro, pero inevitablemente para acceder a él se requiere pasar por el presente y el presente se vive hoy, pues en ese tenor afirmo categóricamente: EL HOY Y EL MAÑANA SON NUESTROS.
Basta de esclavismos modernos, basta de considerarnos la mano de obra barata, el sector que sirve para ganar pero al que no hay que cumplirle, los rezagados los Atlas que cargamos en nuestra espalda el peso de la Sociedad contemporánea y sus viejos, muy viejos y rígidos esquemas.
No podemos permitir que se nos siga viendo como criminales, como un estorbo en las agendas cotidianas de las altas esferas, como peones multidisciplinarios, incansables y dóciles que jamás se rebelarán porque dependen totalmente de un ingreso monetario o de la anuencia de “viejos lobos de mar” que temen la competencia o simplemente no toleran nuestra fuerza, nuestro todo está porvenir.
No vivimos de promesas señores, ni de aplazamientos, no comemos ideales ni frescura de pensamiento. Estamos cansados de luchar por un lugar y nunca trascender.
Cada vez más jóvenes estudian, trabajan, mantienen una familia o apoyan en su manutención, todo al mismo tiempo, mientras escuchan interminables excusas y pretextos para no recibir más que humillaciones del sistema en cualquiera de sus representaciones. Se establecen medias jornadas de siete horas de trabajo mientras la jornada completa establecida por las leyes tiene una duración de ocho. No es media jornada, pero sí es media paga o menos.
¡Sométanse al yugo del amo Jóvenes! Dice la voz cavernosa y amenazante de falsos amigos y gurús.
La respuesta es un férreo ¡NO! ¡NO NOS SOMETEREMOS A SER EL ÚLTIMO ESLABÓN DE LA CADENA PRODUCTIVA! ¿TIENEN MIEDO DE NUESTRO ÍMPETU, FUERZA Y PASIÓN? ¡SEPAN BIEN QUE VAMOS A TRIUNFAR!
Toda solución se basa en la negociación, abran espacios, mejoren condiciones; si somos el futuro, ¡Déjennos empezar a forjar, desde el presente, el futuro de nuestro país! Sean generoso Magíster que comparte espacios, diálogos, historia, ideas, conocimientos y experiencias.
¡NO MÁS FALSAS PROMESAS, ABUSOS O REPRESIÓN…LOS JÓVENES, EXIGIMOS
JUSTICIA Y EQUIDAD!
Los Jóvenes somos también la Izquierda que México necesita
miércoles, 20 de agosto de 2008
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